En noviembre del 2015, el gobierno del Reino Unido fue el primero en comprometerse con una política nacional de eliminación gradual del carbón, que resultará en un cese de la generación de electricidad a partir del carbón para el 2025. Solo tres años antes, el carbón había proporcionado el 40% de la generación de electricidad.[1] Históricamente, el carbón había sido el combustible dominante en la mezcla energética del Reino Unido, proporcionando el 97% de la electricidad en 1950 y más del 70% en la década de los 80, como se muestra en la Figura 1.
El declive subsecuente en la generación del carbón ha sido rápido:
- El primer periodo sin carbón en la mezcla energética del Gran Bretaña [2] duró más de cinco horas, en mayo del 2016.
- Un año después, Gran Bretaña tuvo su primer periodo de 24 horas sin carbón, en abril del 2017.
- El récord actual de Gran Bretaña para la generación libre de carbón es de 76 horas continuas.
- Las horas totales libres de carbón en Gran Bretaña han casi triplicado cada año desde el 2016, con un total de 1.700 horas a la fecha el 2018.
- La electricidad generada a partir del carbón generó solo 7% de la electricidad en el Reino Unido el 2017.
- El declive en el uso del carbón ha coincidido con el hecho de que el sector de renovables en Reino Unido ha suministrado cantidades récord de electricidad con más de 7,4% de la electricidad generada por energía solar durante el verano del 2018.
Hoy, el Reino Unido está a la vanguardia de los esfuerzos internacionales de encontrar una alternativa que se distancie del carbón para reducir las emisiones de CO2 y la contaminación aérea. En esto se incluye su liderazgo conjunto en la iniciativa “Powering Past Coal Alliance”.
Este documento contribuye a esta tendencia internacional hacia la eliminación gradual del carbón informando sobre las experiencias aprendidas en el Reino Unido. Describe y analiza la evolución de los impulsores comerciales y los incentivos políticos que contribuyeron al declive del carbón en el Reino Unido desde el año 2000 y al compromiso del gobierno hacia la eliminación gradual del uso del carbón para el año 2025. Busca proporcionar información que sea relevante para los responsables de formular políticas y actores del sector privado por igual.
En general, consideramos que el declive en el uso de carbón en el Reino Unido se explica por una confluencia de impulsores de mercado e intervenciones regulatorias que colectivamente erosionaron la posición del carbón en la mezcla energética. Estos elementos no fueron planificados previamente, pero han sentado las bases para que la eliminación gradual del carbón se reconozca como una forma lógica de avanzar.
En 2009, el gobierno reconoció que no podría haber "carbón nuevo sin captura y almacenamiento de carbono". A pesar de los esfuerzos para promover la tecnología de captura y almacenamiento de carbono (CCS), en última instancia, se hizo evidente que no habría centrales eléctricas de carbón nuevo en el Reino Unido, lo que significaba que las centrales eléctricas existentes en proceso de envejecimiento no serían reemplazadas con algo similar.
En forma paralela, los sucesivos gobiernos del Reino Unido han actuado para aumentar progresivamente el costo de las emisiones de CO2. Esto se ha combinado con controles de contaminación más estrictos por parte de la Unión Europea (UE) impactando particularmente la economía de generación del carbón. Estas políticas se han combinado con una reducción en la demanda de electricidad, el crecimiento de las energías renovables y cambios en la competitividad relativa del carbón y el gas en el mercado eléctrico.
El compromiso manifestado el 2015 de eliminar gradualmente el carbón para el 2025 reconoció estos cambios y buscó proporcionar un camino ordenado hacia el retiro de las centrales de carbón para mantener la seguridad del suministro y al mismo tiempo fomentar la inversión en tecnologías de generación alternativas.
Al considerar las estrategias de los propietarios y operadores de las centrales eléctricas en el Reino Unido, nuestro análisis ha encontrado que la conversión de las centrales de carbón ha sido una estrategia minoritaria en comparación con la búsqueda del cierre de las centrales y el desarrollo potencial de nuevas capacidades de generación:
Su opción de preferencia ha sido la operación continuada de las centrales eléctricas de carbón existentes, hasta que no sea rentable debido al desempeño del mercado, la antigüedad de los componentes y/o la necesidad de una modernización significativa para cumplir con las regulaciones ambientales.
- Los calendarios establecidos para el cumplimiento de los requisitos de control de contaminación de la UE han sido esenciales en mostrar un camino para las decisiones sobre la inversión o cierre de las centrales eléctricas. En cada etapa, los operadores de las centrales eléctricas han abogado por estándares más laxos y máxima flexibilidad.
En la mayoría de los casos, las centrales de carbón han buscado el cierre, considerando nuevos desarrollos en el mismo sitio.
- En las últimas dos décadas, ha habido un cambio en las decisiones sobre inversión en nuevas centrales de carbón a gran escala (y CCS) hacia CCGT, y ahora más hacia unidades especializadas de combustible residual, generación de gas a pequeña escala y, recientemente, también hacia baterías de almacenamiento. Esto es particularmente relevante dado que el valor de proporcionar flexibilidad al sistema de energía aumenta en comparación con la provisión de carga base.
Solo en una minoría de casos de centrales de carbón se ha optado por la reconversión para operar con combustibles alternativos.
- La conversión a biomasa ha tenido resultados variables, con conversiones técnicamente exitosas realizadas en Drax, pero con incendios en las centrales de Ironbridge y Tilbury.
- Los subsidios para la conversión de biomasa ya no están disponibles y existe una creciente preocupación por los impactos ambientales y climáticos del uso de la biomasa, lo que hace que sea poco probable que se realicen más proyectos de conversión una vez concluido el proyecto de Lynemouth.
- Drax propone convertir las dos últimas unidades de carbón a turbinas a vapor para nuevas unidades de CCGT.
- Actualmente, los proveedores de tecnologías están desarrollando usos alternativos para los equipos de las centrales eléctricas existentes (como la reutilización de sitios para el almacenamiento de energía térmica), y éstas aún podrían ser considerados por el resto de las centrales eléctricas del Reino Unido.
En los últimos años, los operadores de centrales eléctricas en general han intentado redistribuir el personal de las centrales eléctricas a otros roles dentro de la empresa (incluyendo la administración del cierre y demolición del sitio) y/o han ofrecido paquetes de jubilación y capacitación a los trabajadores.
Nuestro análisis de las experiencias en el Reino Unido apunta a la importancia central de las políticas de gobierno para proporcionar un camino hacia la reducción del uso del carbón y el retiro de centrales eléctricas a la vez para facilitar las decisiones que deben tomar los operadores individuales de centrales eléctricas en relación el retiro. Los calendarios para el cumplimiento con las regulaciones que controlan la contaminación han requerido una respuesta de todos los operadores de centrales eléctricas, mientras que la introducción de precios de carbono efectivos ha proporcionado una señal al mercado y ha impulsado la competencia entre los combustibles y las nuevas tecnologías. El compromiso de eliminación gradual del carbón reúne estos elementos y brinda claridad sobre la dirección a seguir, incluso antes de que se introduzca la legislación.
[1] Esta participación del carbón es muy similar al nivel actual de generación a partir del carbón en Chile.
Traducción: Claudia Toledo Vera